domingo, 2 de marzo de 2014

MI INFANCIA

Hola a tod@s de nuevo, aquí os dejo una nueva entrada que trata sobre la imaginación de los niños, en concreto con ejemplos personales.

Cuando tenia unos 10-12 años, me gustaba dibujar, pero no como todo el mundo hacía, pensando primero el dibujo y luego plasmándolo. Yo lo hacía al contrario, primero trazaba las líneas, las formas, los colores... y después me imaginaba qué veía en el dibujo.

Estos dibujos aún los conservo, como podemos ver en las siguientes imágenes (son el mismo dibujo pero con diferente orientación).




En la primera, me acuerdo que veía un ser extraño, con su cabeza, sus ojos, su boca, su brazo izquierdo, que parecía un largo pincel, y su brazo derecho, formado por una paleta de pintor. En conjunto veía un ser enfocado hacia mí, como si se dispusiera a pintar la realidad.





En esta segunda imagen, que es el mismo dibujo que el anterior, pero girado, siempre imaginaba a un orangután de perfil, su cabeza, con su ojo, su nariz, su boca, su cuello... y sobre él un birrete. ¡Era un orangután que se iba a graduar! 



En definitiva, muchos pensareis que tenía una imaginación excesiva, o que estaba y sigo estando algo loco, pero nada más lejos de la realidad, a veces necesitamos crearnos un mundo en el que sólo nosotros nos entendamos, todo gracias a la imaginación.

Por último os invito a que comentéis que os sugiere cada imagen y si lográis ver lo que yo veo en ellas.

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